Llegó diciembre, el mes de los excesos por excelencia. Todo empieza con el puente de la Constitución, a éste le siguen las comidas y cenas con la empresa, la despedida del año con los amigos…y como colofón los banquetes de las fiestas navideñas. Por todo ello, son fechas complicadas para aquellas personas que se preocupan por su salud. Por eso, los siguientes consejos van fundamentalmente dedicados a ellas.
1. Celebra los días señalados. Tenemos un mes cargadito de celebraciones. Disfrútalas. Conversa, ríe, celebra y deléitate con los alimentos y bebidas propios de la época. Saborea la comida y saborea a los familiares que no ves el resto del año. Son fechas especiales para ello, aprovecha los días señalados.
2. Los demás días, cuídate con alegría. Como decíamos son fechas peligrosas para dejarnos llevar, afronta el resto de los días, todos esos días en que no tenemos una comida especial, cuidándote. Procura seguir una alimentación adecuada y practicar actividad física. Siempre desde el positivismo.
3. ¿En qué consiste una alimentación adecuada? Será aquella que incluya abundantes vegetales dado que son saciantes por su contenido en fibra y bajos en calorías. Incluye un plato de verduras y hortalizas en tus comidas y cenas; acompáñalo por una ración de carne o pescado cocinado a la plancha o al horno, y escoge alguna pieza de fruta para la media mañana y la media tarde.
4. ¡Muévete! Aprovecha los días festivos para salir a andar en bici o ir al gimnasio. No esperes a enero para empezar a hacer actividad física, cuanto antes pongas en práctica tus propósitos para el nuevo año, mejor. Suele ser habitual que en cada familia haya una persona que decida ir a dar un paseo después de la comilona, ¡acompáñale! Es un momento ideal para moverse un poco, además así evitarás una sobremesa interminable.
5. Evita saltarte comidas con la idea de compensar los excesos A menudo después de una comida copiosa decidimos, por ejemplo, no cenar. Esto tiene sus peligros: nos entra hambre más tarde cuando estamos viendo la TV o facilitamos que al día siguiente nos digamos “total ayer no cené” y darnos otro capricho. Volver a la normalidad te ayudará a mantener el equilibro.
6. Come con conciencia. Por eso es importante disfrutar y saborear… Come dándote cuenta de los sabores y disfrutándolos. Será mucho más fácil evitar atracones. Comerás más lento y ordenado, será más placentero y te permitirá reconocer la sensación de saciedad a medida que vaya acercándose.
7. Sé indulgente contigo mismo. Esquiva la tentación de planificar tu comportamiento en las comidas especiales. A menudo, queriendo evitar comer demasiado, planeamos y nos exigimos cosas irreales, siempre con buena voluntad, pero que no vamos a ser capaces de cumplir. En vez de decir “este año no probaré el turrón” cuando termine la comida puede ser más práctico e ir a dar un paseo o jugar con los niños y así evitar esa larga sobremesa cargada de tentaciones. Cada año tienes la oportunidad de hacerlo mejor.
¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo!