Vivimos en la sociedad de la prisa, de la distracción y de la falta de tiempo. Por eso rara vez nos tomamos el tiempo necesario para masticar tranquilamente y saborear la comida. Pese a ello, entre los beneficios de comer despacio destacan: una mejor digestión, un mejor control de la cantidad consumida y una mayor satisfacción con la comida. Os contamos más sobre este asunto.
¿Qué consecuencias trae comer deprisa?
Cuando comemos muy deprisa, no dejamos tiempo suficiente para que las señales de saciedad de nuestro sistema digestivo le digan al cerebro que ya estamos saciados. Estas señales requieren al menos de veinte minutos desde que empezamos a comer. Así que, si comemos muy deprisa, probablemente comeremos más cantidad de la que necesitamos. No por gula, sino por que no permitimos que nuestro cuerpo registre que no necesita más.
Comer de manera pausada, ayuda a que nos sintamos más satisfechos, que no es lo mismo que sentirnos simplemente “llenos”. Cuando frenas y saboreas una comida, pones atención en las texturas y los sabores, y aprecias cada bocado, te levantas de la mesa sintiéndote bien.
Además, comer despacio favorece tu digestión. La digestión tiene algo de “reacción en cadena”. Desde el momento en que vemos, olemos o pensamos en comida, empezamos a salivar, que no es más que la preparación para recibir el alimento en la boca. Mediante la masticación el alimento se mezcla con la saliva, aquí ya empieza la digestión.
A partir de la salivación y la masticación, se activan el resto de pasos para una digestión satisfactoria: el estómago comienza a secretar más ácido y el intestino delgado se prepara para el peristaltismo.
Si comemos muy deprisa y pretendemos acelerar el proceso, forzamos al sistema digestivo a manejar alimento cuando aun no está preparado. Se ha visto que las personas que comen deprisa, ingieren un 50% más de alimento. También dan mordiscos más grandes y mastican menos antes de tragar.
Dado que la digestión comienza en la boca, cuando masticamos poco el estómago tiene que lidiar con trozos de alimento mayores de lo que debería. Esto puede conducir a indigestión y otros problemas digestivos.
¿Qué puedo hacer para mejorar?
- Come siempre sentado/a, en un ambiente relajado y con las mínimas distracciones. Apaga la tele, suelta el móvil, etc.
- Escoge alimentos ricos en fibra, ya que necesitan una mayor masticación. Por ejemplo, frutas y verduras.
- Deja los cubiertos en la mesa entre bocado y bocado. Tómate un tiempo, respira, conversa.
- Si observas que te aceleras y dejas de prestar atención, no pasa nada, es normal. Deja los cubiertos, vuelve a ubicarte y continúa…
Estamos acostumbrados a funcionar con el piloto automático, actuamos sin pensar, sin prestar atención; intenta desconectar el automático y conectar con tu momento.
¡Buen provecho!