Ya queda menos para que lleguen los Reyes Magos y tengamos que poner el zapato debajo del árbol. Si no tienes ninguno limpio, ya es hora de ponerle remedio. Aceite de oliva, pasta de dientes, vaselina… son algunos de los productos naturales que puedes usar para limpiar zapatos. Eso sí, antes debes tener en cuenta el material del que están hechos. No te pierdas los siguientes consejos para limpiar zapatos en función de su material.

Zapatas de cuero
El cuero es uno de los materiales más utilizados a la hora de diseñar zapatos. Este material precisa de cuidados e hidratación específica para mantener su suavidad y esplendor. El aceite de oliva puede ser un gran aliado para ello. Solo tienes que aplicar unas gotas sobre su superficie y frotar con la ayuda de un paño. El zapato, además de limpiarse, recuperará su brillo.

Zapatos de ante
Este quizá sea uno de los materiales más delicados. Para su limpieza se necesita un cepillo de cerdas metálicas y una goma de borrar especial. Es importante utilizar el cepillo en dirección a los pelos del material para que no se estropee. Un truco para manchas más profundas consiste en frotar con un trapo húmedo impregnado de agua con vinagre blanco.

Zapatos de charol
El día de su estreno este tipo de calzado destaca por su brillo. El problema es que tras varias puestas desaparece. Un truco para devolverles el lustre inicial es frotarlos con una solución de vinagre y agua. La leche o la vaselina son otros de los productos naturales que pueden devolver a los zapatos de charol su brillo original.

Zapatillas de lona
Las zapatillas también hay que limpiarlas. Aunque lo más cómodo es meterlas en la lavadora, no siempre es lo más recomendable porque la tela y los adhesivos pueden dañarse. Para limpiarlas manualmente cepíllalas con agua tibia y jabón neutro procurando no empaparlas. Un truco casero para blanquearles la suela de goma es frotarla con pasta de dientes.

¿Y los cordones?
Para que los cordones queden limpios del todo hay que quitarlos de las zapatillas y lavarlos por separado, ya sea en la lavadora o a mano con un gel neutro. Si no se hace así, la parte de los cordones que quede en el interior quedará sucio.