Pizza va, pizza viene, todos ponemos el horno al menos una vez por semana. El problema es que seguro que prácticamente ninguno lo limpiamos tan a menudo. Y claro, termina acumulando grasa difícil de eliminar, especialmente en la rejilla donde se colocan los alimentos. Afortunadamente, existen trucos para dejarla impecable sin demasiado esfuerzo.

Bicarbonato de sodio y vinagre
Esta combinación de ingredientes naturales tiene un gran poder antigrasa. Retira la rejilla del horno y sumérgela en una mezcla de bicarbonato de sodio y vinagre durante unas horas. Luego, utiliza un cepillo de cerdas duras o una esponja y friega suavemente la grasa aflojada. Enjuaga bien y sécala antes de colocarla de nuevo en el horno.

Bolsa de basura y amoníaco
Colocar la rejilla en una bolsa grande de basura con un poco de amoníaco es otro método eficaz. Ata la bolsa y déjala reposar durante la noche en un área ventilada. La combinación del amoníaco y el vapor ayudará a ablandar la grasa, facilitando su limpieza al día siguiente. Recuerda usar guantes y ventilar adecuadamente el área durante este proceso.

Limón y sal
Corta un limón por la mitad y espolvorea sal sobre la parte cortada. Usa el limón como si fuera una esponja, frotándolo sobre la superficie de la rejilla del horno. La acidez del limón junto con la abrasión de la sal ayudará a disolver la grasa. Déjalo actuar durante unos minutos y luego frota con un paño húmedo o un cepillo. Enjuaga y seca la rejilla antes de volver a colocarla en el horno.

Agua oxigenada y bicarbonato de sodio
Haz una pasta con agua oxigenada y bicarbonato de sodio, aplícala sobre la rejilla y déjala reposar durante unos 30 minutos. Luego, frota suavemente con un cepillo o esponja y enjuaga con agua tibia.

[BONUS TRACK]

Limpieza regular: Si te quieres ahorrar estos trucos, la forma más efectiva de evitar la acumulación excesiva de grasa en la rejilla del horno es limpiándola regularmente. Por mucha pereza que te dé, lo más cómodo es pasar un paño húmedo por la rejilla después de cada uso.