Dormir bien es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro sistema nervioso y prevenir enfermedades como la diabetes o la obesidad. Cuando no dormimos bien disminuye nuestro rendimiento, la concentración y sufrimos cambios de humor. Hoy Día Mundial del Sueños compartimos algunos truco y rutinas que te ayudarán a conciliar el sueño de manera rápida y prolongado.
Es cierto que no todos necesitamos dormir las mismas horas para estar bien. Pero sí que es verdad que la calidad de nuestro sueño debe ser lo suficientemente buena para sentirnos descansados y con energía durante el día. Acumular un mal descanso tiene consecuencias negativas en nuestro estado físico y psicológico.
Lo primero que debes hacer es establece un horario regular para acostarte y levantarte. Mantener una rutina antes de irte a la cama es importante para el cuerpo y la mente: darse un baño, leer, beber un vaso de leche…
Las siestas, además de ser algo muy nuestro son muy placenteras, pero no es conveniente que se alarguen más de 45 minutos.
El alcohol y el tabaco son enemigos del sueño. Evítalos antes de acostarte. Igual que el café, el té o el chocolate que son estimulantes. Si te apetece algo calentito, prueba con alguna infusión relajante.
Los expertos dicen que no es conveniente acostarse con hambre, pero que hay que evitar las cenas picantes o pesadas.
Hacer ejercicio con regularidad es uno de los mejores aliados para descansar bien, pero no se recomienda hacer deporte antes de dormir.
Cuida las condiciones de tu habitación: debe estar ordenada, aireada y con la temperatura adecuada. Además de oscura y tranquila para dormir. La calidad de la cama, el colchón y de las sábanas también son importantes.
No es aconsejable tener televisión en la habitación o estar mirando el móvil o la tablet para conciliar el sueño. En cambio, meditar o reflexionar sobre lo acontecido en el día y pensar en las cosas que debemos hacer al día siguiente, nos ayudará a estar más tranquilos y listos para el descanso.