Una almohada adecuada es garantía de un buen descanso. Su función es que cabeza, cuello y columna vertebral estén alineados. Por eso, a la hora de escoger la más adecuada para cada persona, hay que tener en cuenta los hábitos de sueño y la complexión física. Te enseñamos cómo. 

POSTURA DE DORMIR
Las personas que duermen boca abajo deben optar por una almohada blanda o de menos de 10 metros de altura. Si fuera dura no podrían respirar adecuadamente y más alta no les permitiría alinear el cuello con la columna.

Para los que duermen boca arriba, tanto el grosor como la dureza de la almohada deben de ser medios. De unos 11-13 centímetros para que puedan apoyar la nuca y las cervicales sin crear tensión.

Por último, una  almohada alta de más de 15 centímetros, es la indicada para los que duermen de lado, ya que así mantendrán la cabeza y el cuello alineados con la columna.

COMPLEXIÓN FÍSICA
El tamaño de los hombros y de la cabeza, influye especialmente en las personas que duermen de lado.

Las personas más anchas deberán elegir almohadas firmes y altas, mientras que las de complexión pequeña deberán apostar por almohadas de menor tamaño y firmeza media o ligera.

¿Qué material elegir?
Los almohadas más comunes están hechas de plumas, látex, relleno sintético o espuma. Elegir el material más adecuado para cada persona también depende de la postura a la hora de dormir y de la complexión física.

- Plumas: Este tipo de almohada es muy blanda, se deforma y enseguida vuelve a su posición original. Está pensada para personas que duermen boca abajo. Dado que no sujetan bien el cuello, no son recomendables para personas corpulentas o que se muevan mucho.
- Látex:  Este tipo de almohada ofrece una buena sujeción de la cabeza, independientemente de los movimientos en la cama. Por tanto, es adecuada para personas que duermen de lado o que son más pesadas.
- Sintéticos: Al tratarse de un tipo de relleno muy blando, resulta adecuado para niños o personas muy delgadas.
- Espuma: Dentro de esta categoría, se encuentras las llamadas viscoelásticas. Estas almohadas tienen un efecto memoria que mantiene la forma de cabeza y cuello al cambiar de postura. Van muy bien para los que duermen de lado, pero no para los que se mueven en exceso.

¿Cómo conservar la almohada?
- Airearla: Una vez por semana, sácala al exterior y déjala que sea airee durante un buen rato.
-Darle la vuelta: No la uses siempre por el mismo lado. Evita que se deforme cambiándola de lado de vez en cuando.
- Lávala: Para ello es importante asegurarte de que sea lavable. Solo es necesario hacerlo una o dos veces al año.
- Protégela: Además de la que usamos con las sábanas, ponle también una funda protectora y lávala mensualmente.

Siguiendo estos consejos, el objetivo es que la almohada te dure al menos cinco años. Pasado ese tiempo siempre es mejor cambiarla.