La diabetes Tipo 2 es una enfermedad que cada vez afecta a más personas. Por suerte, se puede prevenir. La clave es una alimentación adecuada y el ejercicio físico. Con el siguiente artículo esperamos ayudarte a conseguirlo.
¿QUÉ ES LA DIABETES TIPO 2?
La diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica que aparece cuando el cuerpo no utiliza eficazmente la insulina que produce y, a menudo, es consecuencia del exceso de peso o la inactividad física.
Cada vez son más los adultos afectados por la diabetes tipo 2 y, con el aumento de las tasas de obesidad infantil, también es cada vez más común entre los niños.
La buena noticia es que es una enfermedad que se puede prevenir. Nueve de cada diez casos de diabetes son evitables con cambios en los estilos de vida según estudios como el realizado por la Escuela de Salud Pública de Harvard entre 1980 y 1996.
PILARES PARA PREVENIR SU APARICIÓN
Mantén el peso en un rango saludable
El exceso de peso, en concreto, el exceso de grasa corporal es la causa fundamental de la diabetes tipo 2.
Muévete. Pero ¡muévete de verdad!
El sedentarismo fomenta la diabetes tipo 2. Mediante la actividad física favorecemos la capacidad del músculo para utilizar la insulina y absorber la glucosa.
Caminar vigorosamente durante 30 minutos al día o 5 horas a la semana, reduce el riesgo de diabetes en un 30%. En general todo tipo de actividad física y ejercicio presenta múltiples beneficios para la salud.
Haz un repaso de tu dieta habitual y mejora su calidad
Como norma general, limita los refrescos azucarados y los productos ultraprocesados tanto los dulces como los salados. Procura, en el 80-90% de las veces, consumir alimentos de elevada calidad como los siguientes:
– Cereales integrales y otros granos enteros: contienen más nutrientes que sus variantes refinadas, son más saciantes por su contenido en fibra y afectan menos a los niveles de azúcar en sangre.
Algunos ejemplos serían: el arroz y la pasta integral, la quínoa, el trigo sarraceno, etc.
– Legumbres: son aún más ricas en fibra que los cereales integrales. Contienen menos hidratos de carbono y más proteínas. El remojo de las legumbres previo a la cocción favorece su digestión
Además de en potaje, se pueden consumir en ensalada, en forma de hummus… y con la harina de garbanzos se pueden hacer muchas recetas, como una masa de pizza por ejemplo.
– Frutas y verduras: Todos tenemos claro que están en el pódium de una alimentación saludable.
Se recomienda incluir verduras en cada comida principal y consumir varias raciones de fruta al día. El consumo habitual y racional de fruta, dentro de una alimentación variada y saludable, se asocia a un menor riesgo de diabetes.
– Grasas saludables: no te preocupes tanto por la cantidad, si escoges grasas de calidad.
¿Dónde encontramos grasas saludables? En el aceite de oliva virgen extra, pescados azules, aguacate, frutos secos naturales… son fuente de grasas mono y poliinsaturadas, cardiosaludables y antiinflamatorias. No tengas miedo en incluir huevos con su yema varias veces por semana y lácteos sin azúcar aunque sean enteros.
Como se ha dicho al principio del texto, la diabetes tipo 2 se puede prevenir. Sin embargo, esto no quiere decir que sea fácil. Pide ayuda profesional si la necesitas.