El cochinillo es uno de los platos más sabrosos de la gastronomía española. Aunque se cocina en muchas regiones de España, el más conocido es el de Segovia, donde cuenta con una Marca de Garantía y un curioso ritual de presentación. A continuación, te contamos por qué el cochinillo segoviano se corta con un plato que, posteriormente, se arroja al suelo.

El culpable de que en Segovia sea típico cortar el cochinillo asado con un plato y después arrojarlo al suelo tiene nombre y apellido: Cándido López. Este célebre mesonero nacido en 1903 fue uno de los responsables de extender la fama del cochinillo asado segoviano por toda la Península.

En el año 1931 Cándido se hizo cargo del ‘Mesón del Azoguejo’, un mesón situado a los pies del acueducto de Segovia y que había sido inaugurado en 1786. Bajo su gerencia, el local captó la atención de políticos, artistas e intelectuales de todo tipo. Estos eran atraídos por su cocina típica castellana y su carisma.

Un buen día, Cándido se disponía a cortar delante de los comensales el cochinillo asado (uno de sus platos estrella), pero no encontraba ningún cuchillo a mano. Medio en broma, medio en serio, un camarero le propuso que utilizara un plato para sorpresa de todos los presentes. La experiencia gustó tanto a los comensales que hoy día se mantiene la costumbre como prueba de que el cochinillo está bien cocinado.

Pero la cosa no quedó ahí. Otro buen día, mientras Cándido realizaba el ritual, el plato se le resbaló de las manos, cayendo y rompiéndose contra el suelo. Este accidente, lejos de asustar, entusiasmó a los presentes. A partir de ese momento, Cándido decidió incorporar el lanzamiento de plato al suelo a su exitosa performance.

Hoy día, el famoso mesón de la plaza del Azoguejo sigue regentando por descendientes de Cándido, bajo el nombre ‘El Mesón de Cándido’. En él, por supuesto, se mantiene la tradición de cortar el cochinillo con un plato y después tirarlo al suelo. ¿Habéis tenido la suerte de estar allí? ¿Qué os pareció la experiencia?