La cocina es uno de los lugares de la casa donde los gérmenes y bacterias se propagan con más facilidad. Aunque a todos nos preocupa su higiene, ya sea por desconocimiento, costumbre o simple desgana siempre terminamos cometiendo una serie de errores en ella y hacen que pongamos en riesgo nuestra salud y la de los nuestros. A continuación, enumeramos algunos de los errores de higiene más comunes.
Mirar el móvil mientras cocinamos
Que si contesto al Wathsapp, que si pongo una canción de Spotify, que si le doy al play para poder seguir viendo el video de la receta… Es habitual que todos tengamos el móvil a mano mientras cocinamos y que toquemos su pantalla de vez en cuando. Este gesto, a simple vista inocente, puede hacer que las bacterias se queden impregnadas en el dispositivo. Lo recomendable es no tocar el móvil mientras cocinas y, en caso de hacerlo, lavarte las manos a continuación y seguidamente la pantalla del aparato.
No lavar o cambiar el estropajo a tiempo
¿Quién no ha esperado a que esté completamente desgastado para cambiar el estropajo con el que friega sus platos y vasos? Pues bien, si no quieres que las bacterias se incrusten en él, lo ideal sería lavarlo o reemplazarlo una vez por semana, en función del uso. Para limpiarlo puede introducirse en el lavavajillas con un ciclo de secado.
No usar la tabla de cortar adecuada para cada alimento
Ya sea madera o plástico, normalmente solo tenemos una tabla de cortar en casa y en ella cortamos todo tipo de alimentos. Craso error. Pese a que la limpiemos previamente, el uso de la misma tabla para alimentos de distinto origen o crudos y cocinados hace que se produzca la denominada contaminación cruzada y que las bacterias se trasladen de un producto a otro. Por eso, cada tipo de alimento debería cortarse y prepararse en una tabla de cortar determinada. Los expertos recomiendan las de plástico para carne, y las de madera para frutas, verduras, pan y queso.
Esperar a que la comida se enfríe antes de meterla en el refrigerador
La creencia popular dice que hay que esperar a que los alimentos se enfríen antes de guardarlos en el refrigerador. Aunque esta práctica tiene cierta lógica a nivel energético, no así a nivel higiénico. Dejar enfriando los alimentos en el exterior durante un tiempo excesivamente largo ayuda a que las bacterias se multipliquen en ellos.
Descongelar los alimentos a temperatura ambiente
¿Cuántas veces has descongelado los alimentos a temperatura ambiente o dentro de un recipiente con agua? Aunque acelera el proceso, ambos métodos son peligrosos porque a medida que los alimentos se descongelan, liberan agua y crean el caldo de cultivo para que proliferen las bacterias. Para no correr ningún riesgo, los expertos aconsejan descongelar poco a poco en el frigorífico. Para ello, es necesario colocar el alimento en la nevera con antelación suficiente a que necesites cocinarlo o consumirlo. Mucho más rápida, el microondas es otra forma de descongelar segura.