¿Cuántas veces te ha pasado que compras unos zapatos nuevos y cuando sales a la calle sientes que pierdes el equilibrio con más facilidad? Los resbalones son un engorro y, si acabas en el suelo, incluso peligrosos. Por eso, en el siguiente artículo te proporcionamos una serie de trucos caseros para que no te hagas daño.
Rociar laca de pelo en la suela
Este truco es muy útil para caminar por suelos húmedos, ya que la laca crea una especie de película que evita que el agua contacte con la goma de los zapatos. Una vez has rociado la suela, es importante dejar secar el tiempo suficiente para que no se quede pegada al suelo.
Frotar una patata en la suela
Si quieres evitar resbalones, corta una patata por la mitad y frótala contra la suela de tus zapatos. Aunque suena raro, este truco nunca falla gracias al almidón que libera la patata al ser restregada por la suela.
Rayar la suela con un cuchillo
Cuando la suela de unos zapatos es demasiado lisa, lo más probable es que resbalen incluso sin lluvia. Si has comprado unos zapatos con esta característica, nuestro consejo es rayar previamente la suela con un cuchillo. Crea rombos en la suela y tus zapatos no patinarán nunca más.
Pasar papel de lija por la suela
Otro truco que recomendamos aplicar en suelas demasiado lisas. Solo tienes que comprar papel de lija en una ferretería y desgastar la suela levemente, sin pasarse. Conseguirás que la suela se vuelva áspera, lo que otorgará una mayor tracción al zapato.
Espolvorear talco para bebés
Si la suela se ha vuelto resbaladiza por culpa de la suciedad, puedes solucionarlo espolvoreando talco para bebés sobre ella. Esto ayudará a absorber la humedad y mejorará la tracción de los zapatos.